La carrera por conseguir lugar para las ‘Despedidas’ satura la agenda de Palermo

Aunque aún falta un mes para las fiestas, la temporada de “despedidas de fin de año” ya está en pleno apogeo. Palermo, con su inmensa oferta de restaurantes, bares y salones, es el destino elegido por empresas y grupos de amigos para el último gran festejo del año, generando un boom de reservas que pone a prueba la capacidad del sector.

Diciembre todavía no figura en el calendario, pero en la industria gastronómica y de eventos de Palermo, ya se vive como si lo fuera. Desde hace semanas, los teléfonos de los restaurantes no paran de sonar y las casillas de mail se llenan de consultas con el mismo asunto: “Reserva para despedida de fin de año”. La tradicional costumbre de juntarse con los compañeros de trabajo, los amigos del club o los exalumnos del colegio antes de las fiestas se ha consolidado como un evento ineludible, y el barrio es, por lejos, el lugar preferido para llevarlo a cabo. Esta alta demanda ha desatado un verdadero frenesí de reservas, y conseguir un lugar para un grupo grande en una fecha clave de diciembre es, a esta altura, una tarea casi imposible.

El atractivo de Palermo como sede de estas celebraciones es evidente. El barrio ofrece una variedad de opciones que se adapta a todos los presupuestos y estilos. Para los eventos corporativos de grandes empresas, los salones de los hoteles de lujo de la zona o los espacios para eventos de Palermo Hollywood ofrecen la privacidad y la infraestructura necesarias. Para las pymes y los grupos más pequeños, la opción predilecta son los salones privados o los sectores reservados dentro de los restaurantes de moda, que permiten disfrutar de la buena gastronomía en un ambiente más íntimo pero sin perder el pulso vibrante del lugar. Y para los grupos de amigos más informales, los patios de las cervecerías y los bares con terraza son el escenario ideal.

Para los locales gastronómicos, esta temporada es una inyección de ingresos fundamental, que a menudo representa una porción significativa de su facturación anual. Por eso, se preparan con mucha antelación, diseñando menús especiales para grupos. La oferta suele ser variada: desde un menú de pasos con un precio fijo por persona que incluye bebida, hasta opciones de tapeo o “finger food” con barra libre por un tiempo determinado. “Empezamos a recibir consultas para las despedidas en septiembre. Para las fechas más fuertes, como los jueves y viernes de las dos semanas previas a la Navidad, ya no tenemos lugar desde hace un mes. Es una temporada crucial para nosotros, nos permite cerrar el año con buenos números”, revela el responsable de un importante restaurante de la zona de Arcos.

Este fenómeno, si bien es una excelente noticia para el sector, también genera un impacto en la dinámica del barrio. Durante las noches de diciembre, especialmente de miércoles a sábado, el movimiento de gente se intensifica, el tránsito se vuelve más denso y la demanda de taxis y vehículos de aplicaciones se dispara. Es la contracara de ser el barrio más elegido para festejar. La carrera por las “despedidas” demuestra la vitalidad de la vida social porteña y la capacidad de Palermo para absorber y dar respuesta a esa demanda masiva, consolidándose como la gran fábrica de celebraciones y el escenario donde, año tras año, se brinda por el ciclo que termina y por el que está por comenzar.