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Recorrido en bicicleta por Palermo: del Jardín Botánico al Planetario
Con menos tráfico en la ciudad, jornadas largas de sol y temperaturas que invitan a salir temprano o al atardecer, recorrer el barrio en bicicleta se vuelve una forma práctica, saludable y placentera de moverse.

Enero es uno de los meses ideales para redescubrir Palermo sobre dos ruedas. Con menos tráfico en la ciudad, jornadas largas de sol y temperaturas que invitan a salir temprano o al atardecer, recorrer el barrio en bicicleta se vuelve una forma práctica, saludable y placentera de moverse. Para quienes viven en la zona o se acercan desde otros puntos, hay un circuito que combina lo mejor de los espacios verdes con paradas culturales y paisajes urbanos únicos: va desde el Jardín Botánico hasta el Planetario Galileo Galilei, atravesando buena parte del corazón del barrio.
El punto de partida es el acceso principal del Jardín Botánico Carlos Thays, en la esquina de Santa Fe y República Árabe Siria. Aunque no se puede ingresar al parque en bici, vale la pena dejarla un momento afuera y entrar caminando a conocer los senderos internos, los invernaderos y las colecciones de flora nativa y exótica. El lugar es un refugio de sombra y frescura, ideal para arrancar el paseo con una pausa verde. Frente a la entrada hay una estación de Ecobici, por lo que quienes no tienen bicicleta propia pueden iniciar el recorrido ahí mismo.
Al salir, el trayecto continúa por la ciclovía de Avenida Las Heras, que atraviesa la zona de Plaza Italia. Conviene avanzar con precaución porque el movimiento en esa esquina suele ser intenso. Apenas se cruza el puente sobre las vías del tren San Martín, se abre el primer gran pulmón del recorrido: el Parque Tres de Febrero. El sendero rodea el perímetro del Lago del Rosedal, una de las postales más icónicas de Buenos Aires. La vuelta completa al lago es de unos 1.5 km y es compartida por ciclistas, runners y personas que caminan, por lo que es importante mantener una velocidad moderada y respetar el sentido de circulación.
Desde allí, el recorrido puede desviarse hacia el Rosedal mismo, donde es posible detenerse en los bancos de piedra, visitar el Puente Blanco o simplemente contemplar los más de 90 tipos de rosas que florecen en verano. A pasos de ese punto también se encuentra el Paseo de los Poetas, un sector dedicado a figuras de la literatura argentina, con bustos y placas entre los senderos arbolados.
La segunda etapa del circuito sigue por la bicisenda que bordea Avenida Infanta Isabel, bordeando el Jardín Japonés, que si bien tampoco se puede recorrer en bici, es una excelente excusa para hacer otra parada breve, tomar algo fresco en su confitería o sacar fotos al estanque con carpas koi y puentes rojos.
Desde allí, se continúa hasta llegar al cruce con Avenida Sarmiento. Este es un punto estratégico para cruzar hacia el Planetario Galileo Galilei, rodeado de un espacio verde amplio y tranquilo. El edificio del Planetario, con su cúpula plateada, es uno de los íconos arquitectónicos de la ciudad y el lugar elegido por muchísimas personas para descansar en el césped, practicar yoga, leer o estirarse después de una buena pedaleada. También cuenta con bebederos, baños públicos y espacio para atar la bici con seguridad.
Si aún queda energía, se puede continuar el circuito hacia el Monumento de los Españoles, o incluso conectar con el tramo de bicisenda que recorre la Avenida Figueroa Alcorta hasta llegar al Centro Cultural Recoleta o, en dirección contraria, hacia la zona del Hipódromo de Palermo y los Arcos, donde se concentran bares y cafés con patios para sentarse a merendar.
Lo bueno de este recorrido es que puede hacerse completo o en tramos, dependiendo del tiempo y las ganas. Se puede empezar por cualquier punto y adaptar el paseo según el momento del día o el tipo de experiencia que se busque. En todos los tramos hay árboles, sombra, sectores para descansar y una sensación constante de estar recorriendo un Palermo que se abre, se oxigena y se deja ver desde otra perspectiva.
Durante el verano de 2023, se mantuvieron los programas de mantenimiento y seguridad en las ciclovías y se reforzó la presencia de estaciones de Ecobici en puntos clave. También hubo campañas del Gobierno de la Ciudad promoviendo el uso de casco, el respeto por los peatones y la convivencia en los espacios públicos. Gracias a eso, moverse en bici por Palermo sigue siendo una opción no solo placentera, sino también segura.
El circuito del Jardín Botánico al Planetario es una propuesta sencilla, adaptable, y sobre todo, disfrutable. Una forma activa y contemplativa de habitar la ciudad, de mirar el barrio con otros ojos y de redescubrir sus paisajes cotidianos mientras el cuerpo se mueve al ritmo de los pedales.
