Vida al Aire Libre y Bienestar
El boom del entrenamiento funcional al aire libre: Los parques de Palermo se convierten en un gimnasio a cielo abierto

La cultura del fitness está en plena transformación. El clásico gimnasio cerrado, con sus máquinas y sus rutinas preestablecidas, ha dado paso a nuevas formas de entrenamiento más dinámicas, personalizadas y, sobre todo, al aire libre. En esta revolución, el entrenamiento funcional se ha coronado como el rey, y los parques de Palermo son su reino. Desde los Bosques hasta la Plaza Las Heras, cada espacio verde del barrio se ha convertido en un gimnasio a cielo abierto, donde decenas de “teams” y entrenadores personales congregan a un público cada vez más numeroso que busca una alternativa al encierro del gimnasio tradicional.
El entrenamiento funcional, como su nombre lo indica, se basa en ejercicios que imitan los movimientos naturales del cuerpo humano, como empujar, tirar, agacharse o saltar. Utiliza elementos como pesas rusas (kettlebells), bandas elásticas, sogas de suspensión (TRX) y balones medicinales, combinados con ejercicios de peso corporal. El resultado es un trabajo integral, que mejora la fuerza, la resistencia, la agilidad y la coordinación de una manera mucho más completa y dinámica que el entrenamiento con máquinas.
La elección de Palermo como epicentro de esta movida no es casual. La calidad y la extensión de sus espacios verdes son incomparables. Los entrenadores encuentran en los parques la superficie ideal para realizar ejercicios en el césped, árboles donde anclar las sogas de suspensión y circuitos para correr que complementan la rutina. Para los alumnos, las ventajas son evidentas. “Empecé a entrenar afuera en la pandemia y no volví más al gimnasio. No tiene comparación. Entrenar con el sol, el aire fresco, el verde de los árboles… te cambia la energía por completo. Además, se genera un ambiente de grupo y de comunidad que en el gimnasio no existe”, cuenta una joven mientras participa en una clase cerca del Rosedal.
Este boom ha creado un nuevo nicho de mercado y una nueva profesión en el barrio: el del entrenador personal especializado en funcional. Muchos de ellos han construido verdaderas comunidades de alumnos, organizando no solo las clases, sino también eventos sociales, competencias internas y hasta viajes de “training” de fin de semana. La comunicación a través de grupos de WhatsApp y redes sociales es clave para mantener la cohesión y la motivación del grupo.
Si bien la tendencia es mayoritariamente positiva, también plantea algunos desafíos de convivencia en el espacio público. La “ocupación” de ciertos sectores de los parques por parte de los grupos de entrenamiento a veces genera roces con otros usuarios que buscan un espacio de calma y recreación. Encontrar un equilibrio que permita el desarrollo de estas actividades sin privatizar de facto el espacio verde es una tarea pendiente. No obstante, el fenómeno del entrenamiento funcional al aire libre parece haber llegado para quedarse, redefiniendo la forma en que los palermitanos se ejercitan y se apropian de su valioso patrimonio verde.
