Recorridos y Experiencias
Cine y verano en Palermo: películas con conciencia ambiental en el Museo José Hernández

En una esquina de la avenida del Libertador, entre árboles altos y rejas de hierro, se esconde uno de los espacios culturales más singulares de Palermo: el Museo de Arte Popular José Hernández. Y este verano, además de sus muestras tradicionales de platería criolla y artesanías, el museo propuso una actividad diferente para el público del barrio: un ciclo de cine ambiental al aire libre que reunió cine, reflexión y comunidad bajo las estrellas.
Durante enero de 2023, todos los jueves por la noche se proyectaron películas vinculadas con el cuidado del planeta, la sustentabilidad y los vínculos entre naturaleza y cultura. El jueves 19, la película elegida fue El secreto del bosque, un documental que narra historias de comunidades latinoamericanas que luchan por preservar sus territorios. La función comenzó puntual a las 20:30, en el jardín interno del museo, con entrada libre y gratuita.
El espacio fue ambientado con sillas, mantas y luces cálidas. Vecinos, visitantes y turistas se mezclaron en un ambiente relajado, ideal para cortar con la rutina y sumarse a una propuesta distinta. Algunos llevaron algo para tomar, otros llegaron en bici o con sus mascotas. El museo habilitó baños y puntos de hidratación, y también repartió folletería con información sobre talleres y actividades ambientales que se desarrollan durante el año.
“La idea es que el museo no sea sólo un lugar para ver cosas, sino para pensar juntos cómo vivimos”, explicó una de las organizadoras del ciclo. La selección de películas fue curada por el equipo del museo junto con especialistas en cine y medio ambiente, con el objetivo de promover charlas espontáneas y reflexiones en comunidad.
Además de las proyecciones, cada jornada incluyó una breve introducción por parte de referentes ambientales, artistas o investigadores. Esa noche, antes de la película, habló Gabriela Ibañez, integrante de un colectivo barrial que trabaja en huertas urbanas y compostaje. Contó cómo aplicar prácticas sustentables en la vida diaria y celebró que estos temas empiecen a aparecer en los espacios culturales.
La propuesta tuvo una gran recepción en el barrio. El museo, ubicado en Av. del Libertador 2373, es uno de los más antiguos de la ciudad, y si bien muchos lo conocen por sus muestras permanentes, este tipo de actividades permiten acercarlo a nuevos públicos. “Vivo a cuatro cuadras y nunca había entrado”, dijo Lucía, vecina de Palermo, que se enteró del ciclo por un posteo en redes.
Este tipo de experiencias demuestran que la cultura también puede ser una forma de compromiso ambiental. No se trata solo de entretener o de informar, sino de generar espacios de encuentro y acción. El museo continuará con funciones similares durante el verano y ya anunció un ciclo de cortos con perspectiva de género para febrero.
Mientras tanto, en plena temporada alta en la ciudad, Palermo vuelve a dar señales de lo que lo hace especial: ser un barrio donde la cultura, el aire libre y la conciencia social se cruzan con naturalidad, en lugares que están a la vuelta de la esquina pero siguen teniendo algo por descubrir.
