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La Bienal de Arte Joven abre su convocatoria: apoyo, visibilidad y nuevos talentos
Palermo vuelve a ser una de las plataformas centrales del arte emergente en la Ciudad de Buenos Aires. Con motivo de los diez años de su relanzamiento, la Bienal de Arte Joven abre su convocatoria para artistas de entre 18 y 32 años, con propuestas que abarcan desde la danza y el teatro hasta la literatura, la música, el cine y las artes visuales. Y lo hace con una apuesta clara: brindar espacio, acompañamiento y visibilidad a quienes están dando sus primeros pasos en el mundo artístico.
El formulario de inscripción ya está disponible y puede completarse en línea hasta el 3 de julio. A lo largo de estos días, decenas de artistas se acercan a los espacios culturales de Palermo, muchos de los cuales funcionan como sedes informales para encuentros, consultas y asesoramiento. El entusiasmo se percibe en las charlas, en los grupos de WhatsApp de estudiantes de arte, en los cafés cercanos a Honduras y Scalabrini Ortiz donde jóvenes creativos revisan bases, ajustan portfolios o comparten ideas para sus proyectos.
La Bienal cumple una función estratégica: no solo selecciona obras, sino que también acompaña a sus autores a lo largo de un proceso de creación, producción y presentación. Para esta edición, se prevé la entrega de siete premios por disciplina, con un apoyo económico de $400.000 cada uno, además de asesoramiento, tutorías y posibilidad de integrar circuitos profesionales. Las categorías incluyen artes visuales, teatro, danza, performance, literatura, música y cine, y también habrá espacio para actividades interdisciplinarias.
Si bien la Bienal tiene su sede oficial en el Centro Cultural Recoleta, muchas de las actividades satélite, charlas, talleres y encuentros se desarrollan históricamente en espacios barriales de Palermo, como el Espacio Roseti, el Club Cultural Matienzo, el galpón de ArtHaus o el patio del Centro Cultural de la Ciencia. Por eso, no es casual que tantos artistas del barrio se movilicen ante cada nueva edición.
Una de las particularidades de esta convocatoria es que, además de recibir proyectos nuevos, también pueden postularse personas que hayan participado en ediciones anteriores. En estos casos, no hay límite de edad, lo que permite un reencuentro con artistas que formaron parte del recorrido bienal desde 2013. Esta decisión se toma en el marco de los diez años del relanzamiento de la Bienal, como una forma de celebrar su historia y al mismo tiempo construir futuro.
Además, se espera que la edición 2023 incorpore recorridos barriales temáticos, con propuestas itinerantes en distintos puntos de Palermo y otras comunas. Estas actividades incluirán instalaciones, intervenciones urbanas, lecturas colectivas y ciclos musicales al aire libre. Desde la organización, destacan la importancia de tender puentes entre las nuevas voces del arte y el territorio donde viven y crean: “Queremos que la Bienal se escuche en las veredas, que se vea en las plazas, que sea parte de la vida cultural cotidiana de la ciudad”, explican desde el comité curatorial.
En paralelo a la convocatoria, ya comenzaron las primeras actividades abiertas al público: el ciclo de charlas “Lo que hay antes del arte”, que se realiza en el patio de Eterna Cadencia; los encuentros sobre producción escénica organizados en Fundación Cazadores; y las jornadas de revisión de obras en proceso que se programan en el espacio Isla Invisible. Palermo se convierte así en un laboratorio a cielo abierto, donde el arte joven deja de ser promesa para volverse realidad.
Para quienes estén pensando en postular, el mensaje es claro: todavía hay tiempo, pero no sobra. La recomendación de quienes ya pasaron por ediciones anteriores es la misma: leer bien las bases, pensar el proyecto con claridad y animarse a compartirlo. La Bienal no busca obras terminadas, sino ideas con potencia, con deseo, con riesgo.
Con esta nueva edición, Buenos Aires vuelve a poner el foco en su escena emergente, y Palermo, una vez más, se afirma como uno de los barrios más activos y fértiles para la creación contemporánea. Entre galerías, librerías, centros culturales y talleres ocultos en PHs, el arte joven encuentra en estas cuadras no solo inspiración, sino también lugar.
