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La inflación de Octubre marcó un 5,8%: La persistencia de los aumentos complica la planificación de fin de año

El INDEC informó este jueves que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de octubre fue del 5,8%, una cifra que muestra una leve aceleración y que enciende luces de alerta de cara al último bimestre del año. En Palermo, el dato se recibe con preocupación, tanto en los hogares como en los comercios, que comienzan a planificar la temporada de las fiestas.
Cuando la primavera parecía traer un respiro, la economía volvió a dar una señal de advertencia. El 5,8% de inflación de octubre, publicado este jueves por el INDEC, cayó como un baldazo de agua fría sobre las expectativas de una desaceleración más pronunciada. La cifra, impulsada por aumentos en tarifas, combustibles y prepagas, confirma que la Argentina sigue atrapada en un régimen de alta inflación que dificulta enormemente la planificación y golpea el poder adquisitivo. Para los vecinos y comerciantes de Palermo, este dato es una mala noticia que llega justo cuando se empieza a pensar en los gastos de fin de año.
El desglose del IPC muestra que, si bien el rubro de alimentos y bebidas se mantuvo relativamente contenido, los aumentos en servicios regulados y en productos estacionales impactaron con fuerza en el índice general. Para una familia de Palermo, esto se traduce en una realidad concreta: la cuota del colegio, la factura de la luz, el abono de internet y el seguro del auto siguen subiendo, dejando cada vez menos margen para el consumo discrecional. “Es una carrera que no se gana nunca. Apenas te acomodas a un nivel de precios, todo vuelve a aumentar. El sueldo rinde cada vez menos. Ya estamos pensando en cómo encarar las fiestas, y la verdad es que habrá que recortar por todos lados”, comenta un vecino a la salida de un banco en la Avenida Santa Fe.
Para el sector comercial de Palermo, la noticia es un golpe a las expectativas. Los locales de indumentaria, que ya tienen a la venta sus colecciones de verano, temen que la persistencia de la inflación frene las ventas de una de las temporadas más importantes. “La gente está muy cautelosa. El Día de la Madre tuvimos un buen repunte, pero fue algo puntual. Ahora, con este dato de inflación, el cliente se retrae de nuevo. La planificación de las compras para las fiestas va a ser a último momento y muy atada a las promociones”, analiza el encargado de un local en un shopping de la zona.
En la gastronomía, el impacto también se siente. Los restaurantes deben lidiar con el aumento constante de sus costos, desde la materia prima hasta los servicios, y se enfrentan al desafío de trasladar esos aumentos a la carta sin espantar a los clientes. Muchos optan por absorber parte de los costos, reduciendo su rentabilidad, para mantener un nivel de precios competitivo. La persistencia de la inflación no solo afecta el presente, sino que también tiñe de incertidumbre el futuro cercano. En un barrio que vive del consumo y de la confianza, la estabilidad de precios es una condición indispensable para una recuperación sostenida. El dato de octubre es un recordatorio de que ese objetivo, por ahora, sigue siendo esquivo.
