Vida al Aire Libre y Bienestar
La magia de los jacarandás en flor transforma el paisaje de Palermo

Llegó uno de los momentos más esperados del año en la ciudad. Los jacarandás han comenzado a florecer y sus copas púrpuras y violetas crean un espectáculo natural inigualable. En Palermo, las avenidas del Libertador y Figueroa Alcorta se transforman en túneles de color que invitan a caminar, a fotografiar y a disfrutar de una Buenos Aires en su versión más poética.
Cada primavera porteña tiene su clímax, un momento de una belleza tan intensa como efímera que se graba en la memoria de la ciudad. Ese momento ha llegado. Es el tiempo de los jacarandás. En los últimos días, los árboles que bordean las principales avenidas de Palermo han estallado en una floración espectacular, tiñendo el paisaje de tonos púrpuras y lilas. Este fenómeno natural, que se repite cada año entre octubre y noviembre, es mucho más que un simple evento botánico; es un acontecimiento social y cultural que transforma la relación de los vecinos y visitantes con el entorno urbano.
El principal escenario de este espectáculo es el corredor verde del norte de la ciudad. La Avenida del Libertador, desde el centro hacia el norte, y la Avenida Figueroa Alcorta, que serpentea junto a los bosques, se convierten en verdaderos túneles de flores. Caminar o conducir bajo esas bóvedas de color es una experiencia inmersiva. Cuando las flores comienzan a caer, crean una delicada alfombra púrpura sobre las veredas y el asfalto, una imagen de una belleza nostálgica que se ha convertido en un ícono de la primavera en Buenos Aires. El Jardín Botánico y la Plaza Alemania son otros de los puntos del barrio donde se puede apreciar la magnificencia de estos árboles en su máximo esplendor.
Aunque hoy es un símbolo indiscutido de la ciudad, el jacarandá no es una especie nativa de la región pampeana. Su presencia masiva en Buenos Aires se la debemos al célebre paisajista francés Carlos Thays, quien a fines del siglo XIX y principios del XX, en su rol de Director de Paseos Públicos, diseñó gran parte de los espacios verdes de la ciudad e introdujo miles de ejemplares de este árbol originario del noroeste argentino. Su visión transformó para siempre la fisonomía de la ciudad, regalándole este espectáculo que hoy es parte fundamental de su patrimonio.
La floración de los jacarandás es también un fenómeno en las redes sociales. Durante estas semanas, Instagram se inunda de fotografías de los árboles en flor. Turistas y locales buscan el mejor ángulo, la mejor luz y la calle más tupida para capturar la imagen perfecta. Se organizan “safaris fotográficos” y los hashtags como #jacaranda o #buenosairesenflor se vuelven tendencia. Es una celebración colectiva de la belleza que convierte a cada ciudadano en un corresponsal de la primavera.
En un año de noticias a menudo difíciles, la llegada de los jacarandás ofrece una pausa, un momento de contemplación y asombro que es gratuito y accesible para todos. Es un recordatorio del poder de la naturaleza para irrumpir en medio de la rutina del asfalto y transformarla en algo mágico. Palermo, con sus amplias avenidas y sus imponentes parques, es el escenario privilegiado para disfrutar de este regalo que, durante unas pocas semanas, convierte a Buenos Aires en la ciudad púrpura.
