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Noche de Brujas en Palermo: Cómo Halloween se convirtió en la fiesta adoptiva del barrio

Calabazas en las vidrieras, telarañas en los bares y niños disfrazados pidiendo dulces. La noche del 31 de octubre, Palermo se transformó para celebrar Halloween, una tradición importada que cada año gana más fuerza y que se vive en el barrio con una doble faceta: la familiar del “dulce o truco” y la festiva de las grandes fiestas de disfraces.
Aunque el calendario marcaba el 31 de octubre, por unas horas, Palermo pareció un suburbio norteamericano o una ciudad europea. La celebración de Halloween, impulsada por las películas, las series y la globalización cultural, ha dejado de ser una rareza para convertirse en una fecha marcada en el calendario social del barrio. Este jueves por la noche, las calles se llenaron de pequeños monstruos, superhéroes y princesas, mientras que los bares y boliches se preparaban para recibir a los adultos en sus ya tradicionales fiestas de disfraces, demostrando la increíble capacidad del barrio para adoptar y reinterpretar tradiciones de otras latitudes.
La celebración infantil fue la que ganó más visibilidad durante las últimas horas de la tarde. En muchos edificios de Palermo, los vecinos se organizaron para recrear el famoso “dulce o truco” (“trick-or-treat”). Los niños, disfrazados con una creatividad sorprendente, recorrieron los pasillos y pisos de sus propios edificios, golpeando las puertas de los vecinos que previamente habían señalado su participación con alguna decoración alusiva, como una calabaza o una telaraña. “Es el tercer año que lo hacemos. Los chicos lo esperan con una ansiedad increíble. Es una forma segura de que disfruten de la fiesta y, además, genera un vínculo muy lindo entre los vecinos del edificio”, contaba una madre en un edificio de la calle Sinclair mientras acompañaba a su hijo vestido de Spider-Man.
Para los adultos, la celebración comenzó más tarde y tuvo a los bares y boliches de Palermo Hollywood y Soho como epicentro. La gran mayoría de los locales se sumó a la temática, con decoraciones especiales, tragos de autor con nombres terroríficos y concursos de disfraces con importantes premios. Halloween se ha convertido en una de las mejores noches del año para el sector del entretenimiento nocturno, una excusa perfecta para una fiesta masiva en un día de semana. La creatividad de los disfraces de los adultos no se quedó atrás, con producciones muy elaboradas inspiradas en personajes de películas de terror, memes de internet y figuras de la actualidad.
Detrás de la fiesta, hay también un importante movimiento comercial. Las tiendas de cotillón y disfraces del barrio vivieron sus semanas de mayores ventas. “Cada año vendemos más. La gente invierte en el disfraz, en el maquillaje, en la decoración para la casa. Ya es una fecha tan importante como el carnaval”, explicaba el empleado de un local del rubro. Esta tradición importada ha encontrado en Palermo el terreno perfecto para florecer: un barrio cosmopolita, con una gran cantidad de residentes extranjeros, una población joven permeable a las nuevas tendencias y una infraestructura comercial y de ocio capaz de capitalizar el evento. Así, entre la inocencia del “dulce o truco” y la euforia de las fiestas, Palermo vivió su propia Noche de Brujas, una celebración que, a fuerza de repetirse, ya se siente un poco nuestra.
