Vida al Aire Libre y Bienestar
Palermo se pone en movimiento: entrenamientos, comunidad y running urbano

La actividad runner volvió a dominar los caminos de Figueroa Alcorta, el circuito del Rosedal y las veredas junto al Planetario. Allí entrenaron cientos de personas: desde debutantes que recién empiezan a correr hasta maratonistas en plena preparación su próximo objetivo.
No hay cartel oficial ni línea de largada. El entrenamiento es descentralizado y orgánico. Algunos corren por su cuenta, con música en los oídos y mirada fija. Otros, en grupos de entrenamiento que se reúnen casi religiosamente cada martes y jueves por la tarde. Entre los más activos están Factor Running Team, Olimpo Running, Team Fénix y RunAR, cada uno con su estilo, su comunidad y su forma de abordar el running.
En esos días se repitieron rutinas clásicas: técnica de carrera, entrada en calor, pasadas, cambios de ritmo, trabajo en cuestas (en la zona del puente ferroviario), y elongación guiada. Pero también se vieron novedades: estaciones de fuerza con bandas elásticas, circuitos funcionales para corredores y espacios de movilidad articular para prevenir lesiones.
Palermo es, sin dudas, el corazón del running porteño. Y no solo por su geografía: el aire libre, la sombra de los árboles, los caminos de tierra y el verde lo hacen ideal. Pero hay algo más. Hay comunidad. Hay clima. Hay una energía compartida que se siente en el saludo entre desconocidos, en los aplausos cuando uno termina una serie difícil, en las botellas de agua prestadas o en el “vamos” que se grita desde lejos.
Se vieron runners solitarios que entrenaban para pruebas específicas. Algunos para carreras en el interior, otros para maratones internacionales. Palermo los recibe a todos. Incluso aquellos que no se consideran corredores pero salen a caminar fuerte, o trotar con pausas, o simplemente a mover el cuerpo porque el día lo pide.
El running en Palermo es más que un deporte: es una rutina emocional. Es una pausa activa. Es parte del ADN urbano de muchos. Por eso, incluso sin evento oficial, sin megacarteles ni cortes de calle, la movida está viva. Semana tras semana, Palermo late al ritmo de sus corredores.
